Parece que fue ayer cuando mis piernas me hacían sentirme volar por las pistas de tierra y correr pero no por el asfalto como ahora si no por el tartán.
Estas fotos no hacen otra cosa que recordarme que llevo un deportista dentro que debo sacarlo fuera sea como sea y que debo afrontar la vida tal y como viene de frente para seguir más con la cabeza que con el corazón
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